Inicialmente se ha de llevar a cabo una evaluación de mercado y producto, contemplando todos los atractivos turísticos que ya existen en la zona y de cualquier índole. Posteriormente se determinan de forma provisional los objetivos, tipo y el alcance del desarrollo proyectado.
Una vez decidido el emplazamiento idóneo como primera opción se procede a una planificación conceptual y a un análisis previo de viabilidad.
Si los resultados son favorables se pasa a la fase donde se determinan con mayor precisión qué instalaciones son necesarias, los usos del suelo, la infraestructura y el tipo de vínculos que surgirán a lo largo del proyecto con el entorno a nivel político y social.
Al mismo tiempo se debe verificar mediante un análisis exhaustivo la capacidad de absorción turística de la zona y sus consecuencias medioambientales de forma que ratifiquen o denieguen la posibilidad de seguir con el proyecto. En esta fase es importante que los análisis se realicen con todo rigor pues una mala interpretación de los resultados puede llevarnos a engaño y ello sería fatal para la empresa en el medio plazo.
De este análisis deben de surgir los primeros datos de capacidad del complejo y otras características principales como son los valores añadidos que se podrán desarrollar y añadir como parte del producto.
En función de estos análisis y si muestran compatibilidad con el entorno, se debe elaborar un plan detallado del uso del suelo a nivel interno del complejo y de las infraestructuras totales necesarias para evaluar el impacto ambiental y sociocultural que se producirá en la zona y si es preciso modificar el proyecto hasta el momento para que el impacto sea asumible en estos aspectos.
Es importante recalcar que la coordinación con las comunidades locales y los dirigentes políticos ha de ser abierta y clara de forma que el proyecto atienda a las propuestas realizadas por estos y que sea previsible, para todas aquellas personas locales que podrán beneficiarse del desarrollo del complejo.
Pasada esta fase se debe evaluar nuevamente la viabilidad económico-financiera y si es positivo deberán de programarse las diferentes fases de ejecución.
En un complejo de media o gran escala el desarrollo puede cubrir un largo periodo de tiempo es por ello que se planifica con mayor detalle la primera fase y las posteriores de forma más general para poderlas adaptar al mercado y sus circunstancias en el momento que se deban abordar, tendencias turísticas, nuevas infraestructuras que se hayan creado en la zona, nuevos posicionamientos o tipos de turismo que ahora se interesan por la zona, etc.
En general las características o criterios que debe tener un complejo turístico de nueva planta para garantizar en lo posible su prosperidad son:
Al respecto de la planificación y diseño de usos del suelo:







los recursos puestos a disposición de los turistas.
Al respecto de su ubicación y planificación concreta:













La “sostenibilidad” no es un trabajo puntual sino una continúa supervisión de cómo la explotación turística ayuda al entorno a enriquecerse, sin perder o ayudando a mejorar las condiciones de vida en todos los aspectos humanos, culturales y medioambientales.
Los establecimientos hosteleros en creación o ya creados que se ubican en zonas afortunadas con grandes espacios verdes y contacto directo con la naturaleza y culturas locales son los que más han de velar por mantener el equilibrio sostenible. En estos casos más que en otros el cliente actual y de futuro deseará encontrar en el establecimiento este vínculo entre explotación turística y mantenimiento de las condiciones a futuro de un territorio que muchas veces acepta el turismo como medio de vida a sabiendas de que ello les hará perder poco a poco parte de su cultura y costumbres más arraigadas.
En los hoteles de carácter urbano la implementación de políticas sostenibles es más sencilla por tener más acotado el impacto, pero no por ello pueden dejar de implementar estrategias que le acerquen a la sostenibilidad tal y como la entendemos ahora.
Las principales áreas a evaluar sobre un establecimiento para conocer su correcta relación con el entorno de forma sostenible abarcan todos los elementos de entrada/salida así como las repercusiones de los clientes en los momentos en que no se encuentran en las dependencias hoteleras.
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