25 agosto 2011

Sostenibilidad Hotelera (I)


La Organización Mundial del Turismo (OMT) definió en 2001 la sostenibilidad turística como:

“El desarrollo sostenible del turismo cubre las necesidades de los turistas y las regiones de acogida actuales al tiempo que protege y mejora las oportunidades para el futuro. Se concibe como algo que conduce a la gestión de todos los recursos de tal manera que se puedan atender las necesidades económicas, sociales y estéticas conservando a la vez la integridad cultural, los procesos ecológicos esenciales y la diversidad biológica, así como los sistemas de mantenimiento de la vida”.

Posteriormente, en 2004 esta definición quedó fortalecida ampliando y aclarando el concepto. Por lo tanto, el turismo sostenible debe:

  • Dar un uso óptimo a los recursos ambientales que son un elemento fundamental del desarrollo turístico, manteniendo los procesos ecológicos esenciales y ayudando a conservar los recursos naturales y la diversidad biológica.
  • Respetar la autenticidad sociocultural de las comunidades anfitrionas, conservar sus activos culturales arquitectónicos y sus valores tradicionales, y contribuir al entendimiento y a la tolerancia intercultural.
  • Asegurar unas actividades económicas viables a largo plazo, que reporten a todos los agentes unos beneficios socioeconómicos bien distribuidos, entre los que se cuenten oportunidades de empleo estable y de obtención de ingresos y servicios sociales para las comunidades anfitrionas, y que contribuyan a la reducción de la pobreza.
La tendencia a la verticalidad de hoteles (hoteles de muchas plantas de altura) y edificios en general en las zonas turísticas son, salvo contadas excepciones, contrapuestos al turismo de calidad del futuro a medio plazo y la única posibilidad de crecimiento es crear nueva oferta que se adapte a los intereses de los turistas más allá de la calidad, es decir teniendo en cuenta los factores de entorno y medioambiente.
La realidad es evidente, si se destruye un hotel de 20 plantas para crear uno nuevo de 2 con alta calidad, la capacidad del establecimiento estará disminuida en un 90% y ello no esfácilmente asumible por los empresarios pese a que puedan cobrar más por sus servicios. En este mismo caso, la mano de obra debería reubicarse en otros establecimientos creando un problema para estas personas que inicialmente pasarían al desempleo.
Por otra parte la oferta que no sea cubierta por un área con posibilidades será cubierta por
otra, por lo que cobran ventaja los destinos turísticos menos saturados o con mayor espacio libre para nuevos establecimientos y ello puede suponer el desplazamiento de la demanda hacia países menos explotados o en fase de desarrollo inicial gracias a la reducción de tarifas aéreas.
De ahí que las principales cadenas hoteleras de nuestro país están haciendo verdaderos esfuerzos por internacionalizarse ante la escasa capacidad de crecimiento de la oferta española bajo los criterios de la nueva demanda o del turismo que busca la horizontalidad de los establecimientos y unas características de simbiosis con el entorno que las ciudades turísticas tradicionales tienen muy complicado poder ofrecer.


PROCESO DE PLANIFICACIÓN DE UN COMPLEJO TURÍSTICO

  1. Evaluación del mercado y del producto ya existente en la zona.
  2. Determinación de características iniciales y evaluación  medioambiental general de la zona.
  3. Selección de una inicial ubicación del complejo.
  4. Conceptualización del complejo y análisis previo de viabilidad.
  5. Análisis del uso del suelo, medioambiental, de capacidad de carga e infraestructuras necesarias.
  6. Planificación urbanística de la zona y determinación de las fases de desarrollo en coordinación con la sensibilidad social local.
  7. Evaluación específica social y medioambiental.
  8. Análisis de viabilidad económica y financiera.
  9. Programas de ejecución.
  10. Ejecución  y desarrollo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario