El cambio organizacional es un proceso a través del cual una organización llega a ser diferente de lo que era en un momento dado anterior.
Todas las organizaciones cambian, pero tanto los directivos como todas las personas que integran la organización deben procurar que ese cambio se produzca en la dirección que más interese a los objetivos de la organización.
Por ello se habla de gestión del cambio, agentes de cambio, resistencia al cambio,…
El aprendizaje organizacional crea innovación y procesos de cambio en los estilos de vida y actividades del personal que integra las organizaciones. Sólo las organizaciones que aprenden de sí mismas, de sus virtudes y sus errores, de sus éxitos y sus fracasos, están preparadas para adaptarse a un entorno en permanente cambio.
Pero, ¿en qué consiste ese cambio?
Desde los años 70 se están produciendo tendencias y cambios que han modificado el entorno en el que se mueven las empresas, y que han puesto en crisis los enfoques gerenciales que habían prevalecido hasta entonces.
Los cambios contemporáneos se caracterizan por:
• Su amplitud. Abarcan o impactan “horizontalmente” en múltiples esferas.
Por ejemplo: El impacto de la máquina de vapor se produjo en el sector de la manufactura.En cambio, las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones impactan en todo tipo de sectores y actividades.
• Su profundidad. Los cambios actuales, aunque se produzcan en una esfera determinada, transforman las bases de los procesos tecnológicos, económicos y sociales. Por ejemplo: El comercio electrónico, que aparentemente es sólo un nuevo canal de distribución, cambia lo que se vende, cómo se vende, lo que se compra y cómo se compra. Las nuevas tecnologías de la información impactan en todo tipo de sectores y actividades.
• Su celeridad. Los cambios se producen con una rapidez sin precedentes y ello
hace muy difícil su predicción. Por ejemplo: El teléfono tardó cincuenta y seis años, el transistor tres años y la batería solar dos años. Las empresas renuevan en un 40-60% todos sus productos cada cinco años.
En una organización, una vez definido qué se necesita cambiar, aparece el problema de cómo gestionar ese cambio. La gestión del cambio no consiste en implantar nuevos modelos de gestión, sino en aprovechar los cambios del entorno empresarial para el bien de la organización. Por ello, las organizaciones no sólo deben ser flexibles, sino que quienes las manejan deben procurar anticiparse a los cambios.
Los directivos deben generar la capacidad de producir el cambio y éste suele significar la introducción de nuevos procedimientos, gente o formas de trabajar que afectan directamente a quienes rodean la organización: empleados, proveedores, clientes, accionistas, etcétera.
La gestión del cambio implica cambiar más allá de la gente o los procesos. Hay que cambiar la mentalidad de la organización y de sus clientes.
El cambio debe ir acompañado de efectivas formas de participación de los empleados. Debe existir retroalimentación desde la base de empresa hasta el gerente. Para una correcta gestión del cambio hay que fomentar la participación de las personas puesto que son ellas quienes posibilitan el cambio y, aunque pueden presentar resistencia, ésta puede ser aprovechada si se comprende por qué se presenta.
Los directivos deben generar la capacidad de producir el cambio. El gerente de cambio debe ser líder, tener una visión amplia, una comunicación fluida y capacidad para inspirar a las personas, porque debe comprender que, a pesar de ser el gerente, no posee todas las soluciones y es la gente que le rodea la que puede efectuar el cambio.
El cambio es una capacidad que las empresas deben desarrollar si quieren seguir siendo competitivas, es mucho más que una necesidad en un momento de tiempo puntual.
Existen muchas razones por las que las organizaciones emprenden programas de cambio. Entre ellas destacamos tres:
1 Los cambios amenazan la supervivencia de la organización: Las organizaciones necesitan y deben interactuar con su entorno externo. Si pierden contacto con su entorno podrían ofrecer productos y servicios que no interesen a los clientes.
2 Los cambios ofrecen nuevas oportunidades para prosperar: Los cambios también pueden representar posibilidades de ocupar nuevos espacios en los mercados, dependiendo de las perspectivas y habilidades de los directivos para informarse e identificar nuevas oportunidades.
3 La estructura y forma de funcionamiento de la organización retrasa su adaptación a los cambios del entorno: Las organizaciones ocupan un espacio en el mercado y obtienen resultados durante un tiempo, pero no perciben que todo lo que les rodea va cambiando y, cuando llega el momento en que les afecta, es demasiado tarde: sus competidores se prepararon y reaccionaron antes.
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